Son muchas las especies de animales que se encuentran en peligro de extinción, o incluso peor, muchas las que ya no tienen ni un solo representante en el planeta que testifique que alguna vez existieron. De hecho, el último informe de la ONU alerta que la naturaleza se deteriora a una velocidad sin precedentes con más de un millón de especies de plantas y animales en riesgo de desaparición total.
Pero si muchos de estos animales desaparecen es, en muchos casos, porque a su hábitat le ocurre lo mismo: un 20% de las 300.000 especies de plantas que conocemos también están en peligro de extinción.
La agricultura y la ganadería intensiva, la urbanización descontrolada y la contaminación han alterado tres cuartas partes de la superficie terrestre según muestra el informe de la ONU, y son las causantes de que la lista de plantas en peligro de extinción sea cada vez más amplia.
Iniciativas
Existe una enorme dificultad para evaluar individualmente qué variedades de plantas son las más amenazadas. Quizá la Inteligencia Artificial y el Big Data puedan convertirse en grandes aliados de la detección prematura del peligro de extinción de la flora.
Además, iniciativas como las de Umberto Pasti, un filósofo y escritor italiano que lo ha dejado todo para salvar especies de plantas en peligro de extinción en su jardín de Marruecos, son un puerto en la tormenta para las especies que se rescatan, pero lo cierto es que hay que hacer mucho más para evitar que determinadas plantas se enfrenten al peligro de extinción.
Los bancos de semillas, por su parte, son una interesante herramienta para salvaguardar las plantas fuera de su hábitat natural.
De hecho, el plan de la Estrategia Global para la conservación de Plantas (GSPC) es el de custodiar las semillas del 75% de las especies de plantas amenazadas para 2020, aunque existen un tipo de simientes llamadas recalcitrantes que no permiten su conservación y la tecnología tendrá que seguir investigando para poder lograr ese ambicioso objetivo.
Orquídeas
Existen entre 20.000 y 30.000 especies de orquídeas: según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el 80% de las especies de una de sus variedades está amenazado de extinción.
Dos son las causas principales de la mengua de población: la destrucción de su ecosistema natural y, sobre todo, el anhelo por atesorar su belleza. Jardines botánicos y colecciones públicas y privadas son asaltadas por maras y narcos. Lo hacen para traficar ilegalmente con ellas, ya que es una flor muy codiciada por los coleccionistas a causa de su diversidad cromática y su singularidad.
Plantas del café
A primera vista, que esta planta cuyo fruto no puede ser más cotidiano en nuestras vidas esté amenazada resulta extraño, pero lo cierto es que la mayoría de las especies de café están en peligro de extinguirse en las próximas décadas: de las 124 especies, 75 están amenazadas (el 60%), según los criterios establecidos por la Lista Roja Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Solo hay dos que se usan comercialmente y, de estas, se utiliza solo una pequeña parte de la variabilidad genética, de ahí el riesgo que corren las variedades silvestres.
Plantas carnívoras
Las plantas carnívoras son una de las variedades vegetales de la naturaleza más apasionantes, y una de las más desconocidas. Quizá la planta venus atrapamoscas o Dionaea muscipula es la más representativa y muy fácil de encontrar en jardines botánicos.
Sin embargo, la situación de sus congéneres silvestres pasa por la amenaza de la extinción debido, precisamente, a la explotación a la que se han visto sometidas por el comercio del ser humano y a la destrucción de su hábitat natural.
Otra de las carnívoras más interesantes y difíciles de ver es la conocida como Attenborough, en honor al naturalista inglés David Attenborough. Gracias a su enorme tamaño, se cree que puede alimentarse de mamíferos pequeños como ratas o de algunos reptiles.
Tiene un hábitat muy restringido, ya que solo vive en el monte Victoria de Palawan, en Filipinas y, si bien hace relativamente poco que la conocemos, se cree que su población está formada solo por unos cientos de ejemplares y corre el peligro de ser una de esas plantas que pronto podrían dejar de existir.
Flor verde de jade
Esta preciosa planta endémica de los bosques tropicales de Filipinas, uno de los países con mayor diversidad, puede alcanzar hasta 18 metros de longitud. Su nombre latino es Strongylodon macrobotrys, pero se denomina comúnmente parra de jade, parra esmeralda o flor verde de jade por su característico color azulado verdoso.
Es una planta que vive cerca de los arroyos y fundamentalmente es polinizada por un tipo de murciélagos autóctono de la zona. Precisamente la destrucción de su hábitat y la disminución de sus polinizadores son las razones principales por las que se trata de una planta en peligro de extinción.
Flor cadáver
A la planta Amorphophallus titanum que crece en Sumatra, se la conoce popularmente en Indonesia como la flor cadáver a causa del fétido olor a carne putrefacta que desprende.
Se trata de la flor no ramificada más grande del planeta, pero parece que ya no quedan más de mil ejemplares y ya forma parte de la lista de plantas en peligro de extinción. El cultivo de aceite de palma parece ser la principal causa de su descenso, eso unido a la fragilidad a la que le somete su lento crecimiento y floración.
Fuente: Sostenibilidad,
Artículo de referencia: https://www.sostenibilidad.com/medio-ambiente/plantas-peligro-extincion/#1,