Los deberes por escrito o para aprender de memoria, para repasar o preparar, que se acumulaban durante el día de una lección a otra, podían terminarse en casa por la noche a la luz íntima de la lámpara. Este trabajo tranquilo, rodeado de la bienhechora paz casera, al que el profesor atribuía unos efectos especialmente trascendentes y estimulantes, duraban solamente hasta las diez los martes y los sábados, y los otros días hasta las once, las doce y a veces más.
El padre refunfuñaba un poco por el desmesurado gasto del petróleo, pero miraba ese estudio con orgullo satisfecho. Para eventuales horas de asueto y para los domingos (que forman, como sabe, la séptima parte de nuestra vida) se encarecía la lectura de algunos autores no leídos o el repaso de la gramática. Naturalmente con medida. Es necesario salir a pasear una o dos veces por semana. Hace verdaderos milagros. Además, puede uno llevarse un libro al campo si hace buen tiempo; ya verás qué bien, con cuanta alegría se estudia afuera, al aire fresco. Y, sobre todo, ¡ánimo! Hans trataba de mantenerse animado dentro de lo posible. Empezó a utilizar para estudiar también los paseos, y andaba callado, espantadizo, con cara trasnochada y ojos cansados y ojerosos.
Actividad
Responde las siguientes preguntas
1. En el texto «medida» quiere decir:
A. Volumen C. Moderación
B. Intensidad D. Providencia
2. Se infiere del fragmento que probablemente Hans estudia:
A. Bastante C. Exiguamente
B. Considerablemente D. Caóticamente
3. En el fragmento, hogar quiere decir:
A. Exceso y bienestar.
B. Tranquilidad y filantropía.
C. Soledad y sosiego.
D. Caos y tranquilidad.