Los sólidos y los fluidos (líquidos y gases) se distinguen entre sí por la manera como están dispuestas las moléculas que los conforman y por el tipo de interacciones que existen entre ellas.

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Por ejemplo, las moléculas de un sólido se encuentran ubicadas en puntos fijos. Estas moléculas no pueden desplazarse cambiando su posición con respecto a la de las demás. Sin embargo, las moléculas de un sólido pueden vibrar alrededor del punto en el que se encuentran fijas. La frecuencia con que vibran estas moléculas depende de la temperatura del sólido. Por su parte, las moléculas de un líquido permanecen juntas y entre unas y otras existe una fuerza de atracción que las mantiene unidas, aunque pueden desplazarse entre sí.

Esto es lo que permite que un líquido esté en condiciones de acomodarse al recipiente donde se encuentra, de modo que las moléculas pueden ir cambiando la posición relativa entre ellas. Así pues, las moléculas de un gas están separadas entre sí y el movimiento de una de ellas es independiente del movimiento de la otra. Debido a esta propiedad, si

el recipiente que las contiene se abre, ellas se escapan, pues no existe una atracción que las mantenga unidas.

  1. Cohesión y adhesión

En los gases, la separación entre sus moléculas es muy grande; en cambio, en los líquidos y los sólidos la cercanía de sus moléculas es mayor, y en consecuencia surgen entre ellas fuerzas de atracción y repulsión, que en el caso de los líquidos son casi iguales, por lo que sus moléculas giran o se deslizan unas sobre otras; en los sólidos las fuerzas de atracción son mayores que las de repulsión, lo que hace que las moléculas vibren alrededor de un punto fijo, permaneciendo en un mismo lugar. A la fuerza de atracción que mantiene unidas a las moléculas de un cuerpo se le llama cohesión. En los líquidos esta fuerza de cohesión se manifiesta de otra forma: si se intenta partir un líquido no se podrá, ya que sus moléculas, al estar girando o deslizándose unas sobre otras, inmediatamente cubrirán la incisión que se haya hecho en su superficie; sin embargo, si el líquido se vierte sobre una superficie plana, tenderá a ocuparla, a la vez que permanece unido, sin dispersarse, poniéndose de manifiesto en ese momento la fuerza de cohesión entre sus moléculas.

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¿Qué sucede entre las moléculas del líquido y las moléculas del recipiente? ¿Existen fuerzas de atracción entre ellas? La respuesta es sí. A la fuerza de atracción entre moléculas diferentes se le llama adhesión. Esto se comprueba cuando se introduce un objeto sólido en un líquido; al momento de sacarlo se observa que está húmedo y que a su vez puede llevar hasta unas gotas adheridas a él. ¿Qué sucede cuando se trata de mezclar agua y aceite? ¿Por qué no es posible hacerlo? A partir de los planteamientos antes señalados, se puede decir que cuando estos líquidos se encuentran en contacto, es mayor la fuerza de cohesión entre sus moléculas que la de adhesión entre ellas, por lo que no se unen.

  • Características físicas de los fluidos

En los líquidos se presenta un fenómeno muy particular en la superficie que está en contacto con el aire. Las moléculas que se ubican en la superficie no se encuentran sometidas a las mismas fuerzas de cohesión que las moléculas que se hallan en medio del líquido. Las moléculas que están en la superficie del líquido, presentan un sistema desequilibrado de fuerzas, por cuanto se encuentran sometidas a las fuerzas de cohesión de las moléculas que se localizan a su lado y por debajo de ellas. Este desequilibrio da como resultado el fenómeno llamado tensión superficial, donde se forma una especie de membrana elástica, formada por las moléculas presentes en la superficie. Gracias a este fenómeno muchos insectos se pueden posar sobre el agua sin hundirse; también debido a ello se forman pompas de jabón o puede ser posible la flotación de un alfiler en un recipiente con agua.