La razón fundamental que motivó esta propuesta de investigación fue el grave problema de contaminación generado por el inadecuado manejo de los residuos sólidos por parte de estudiantes y algunos habitantes del sector aledaño a la Institución Educativa José Celestino Mutis, ubicada en la comuna 8 de la ciudad de Medellín. El problema radicaba en que la cuenca hidrográfica La Mansión, situada en el sector de la 45 con la 62 y muy cercana a la Institución Educativa, estaba siendo muy afectada por el depósito de basuras y material contaminante, acción que convirtió esta posible fuente de vida y bienestar en foco de infecciones, roedores, insectos y malos olores. De igual forma, algunas zonas verdes, como lotes y parques, se convirtieron en el depósito constante de residuos orgánicos e inorgánicos, circunstancia que se constituyó en un peligro para la salud de la comunidad educativa[1], en especial, la de niños y niñas que frecuentaban estos lugares. La presencia de elementos no biodegradables y de puntos de reciclaje improvisados afectó el paisaje urbano y modificó el hábitat de plantas y animales. Incluso, la convivencia en armonía con el entorno se vio afectada por la molesta contaminación visual y olfativa, y por las múltiples enfermedades físicas y psicoemocionales que produce un entorno inapropiado; situación que generó alteraciones en el desarrollo adecuado de la vida en dicho ambiente.
En Colombia encontramos una de las regiones con mayor riqueza natural del continente y del planeta, como lo es la Amazonia, que, con la más extensa reserva vegetal y animal del mundo, acoge a más del 50 % de las especies del planeta; asimismo, en el país se ubica una buena parte del Chocó biogeográfico[2], que figura entre las 25 reservas del mundo con mayor biodiversidad. En estas dos zonas han predominado, respectivamente, grupos indígenas y afrodescendientes, los cuales se han adaptado al bosque generando esquemas propios de desarrollo sin alterar el ecosistema. La relevancia de este legado cultural y ambiental y los problemas ambientales que enfrentaba nuestra comunidad educativa se consideraron como razón poderosa para reivindicar y transmitir dicho legado a través de la educación, brindando herramientas a las comunidades locales con el fin de que logren estar en armonía con su entorno.
Ahora bien, para empezar el trabajo de investigación, se determinó que la población objetivo del proyecto estaría compuesta por los niños, niñas y adolescentes de la Institución Educativa José Celestino Mutis y por la comunidad educativa, conformada por padres de familia, docentes, directivos y funcionarios de la Institución. Para su caracterización se diseñó un formulario, el cual se aplicó de manera directa a una muestra de 45 estudiantes de diferentes grados de la básica secundaria, a 50 padres de familia y a 10 docentes de la comunidad educativa de la Institución, arrojando la siguiente información y perfiles:
- Institución educativa de carácter: Público
- Ubicación: Comuna 8, zona centro oriental de la ciudad de Medellín, con mucha insistencia del conflicto social y armado que vivía la ciudad en el momento de la investigación
- Familias: Monoparentales
- Promedio de hijos por familia: 2
- Promedio de integrantes por familia: 3
- Promedio de familias por vivienda: 1,6
- Nivel académico promedio: Básica primaria
- Estratos socioeconómicos: 2, 3 y 4, con predominio del estrato 2
- Ingreso económico por familia: Salario mínimo legal vigente
- Desconocimiento de conceptos medioambientales y poca valoración de los mismos.
- Manejo deficiente de los residuos sólidos.
- Modelo pedagógico y currículo que no apunta a satisfacer las necesidades ambientales de la sociedad de hoy.
- Todos coincidían en no tener una cultura de buenas prácticas ambientales.
Con esta información se analizaron cada uno de los contextos y necesidades de la comunidad educativa José Celestino Mutis como punto de partida para encontrar las causas de los problemas advertidos. Estos hallazgos dejaron ver una serie de fallas en los procesos de formación y comunicación frente a temas como la identificación de los ecosistemas o la existencia de una cultura ambiental basada en prácticas amigables con el ambiente, que permita una convivencia en armonía con el ámbito natural en que se asienta la comunidad.
Para dar solución a esas falencias, se diseñó el Proyecto de investigación en Educación Ambiental denominado “Encuentro del Hombre con la Madre Tierra”. Una propuesta lúdico-pedagógica basada en principios básicos como la acción participación: “aprender haciendo”, la inclusión, la equidad y el reconocimiento de los aportes hechos a través del tiempo por las comunidades tribales del mundo en pro de la conservación de las distintas especies de flora y fauna que hoy conocemos, puesto que han sido ellos, con el respeto que tienen por la naturaleza, quienes han conservado esta para nuestro disfrute. En el desarrollo de la investigación se tuvieron en cuenta las siguientes dimensiones:[3] El territorio, el ambiente y la cultura,inmersas en los Derechos humanos. Estas dimensiones sonpilares fundamentales para la reconstrucción de prácticas amigables con el ambiente de la ciudad, y están soportadas en la pedagogía social[4], porque desde allí abordamos una ciencia humana y social cuyo objeto de conocimiento es, como lo señala Bunge (1976, p. 8), el ser humano desde las dimensiones individual y social, y porque, según Gloria Pérez Serrano (2004):
La pedagogía Social debe llevarse a cabo en el ámbito en el que se desenvuelve la vida del ser humano. La persona se socializa dentro y fuera del contexto escolar, por lo que la función socializadora de la escuela puede y debe considerarse dentro de la pedagogía social. (p. 98)
Por lo tanto, a través de la pedagogía social se integran las dimensiones teórica, práctica y normativa de la educación, y con base en esta integración, los individuos participantes en el proyecto pudimos realizar reflexiones sobre el desarrollo, ejecución y resultados de la investigación que emprendimos, a la que, por su carácter etnográfico, decidimos darle el nombre de “Encuentro del Hombre con la Madre Tierra”, destacando, a lo largo del desarrollo de sus estrategias, la interacción del hombre con su entorno y la puesta en escena de su cultura[5], como parte del constructo social de cada uno de sus aspectos y recursos culturales[6] identitarios.
El desarrollo de la investigación nos llevó a establecer una serie de procesos que viabilizaron la conciencia social acerca de la importancia de una relación adecuada y positiva de los seres humanos con la naturaleza. El proceso se fortaleció gracias a la experiencia de la Fundación Etnia, con la que se estableció un vínculo para recibir apoyo técnico frente al tema en la labor desplegada por los docentes, puesto que los antecedentes de esta entidad comunitaria demuestran una apuesta permanente por la construcción de ciudad bajo la perspectiva de derechos y la búsqueda de la sana convivencia[7], así como la aceptación de la diversidad étnica y cultural .
Así, hoy en día seguimos avanzando para que este sea un modelo pedagógico para la puesta en práctica de la educación ambiental, la Etnoeducación y la inclusión, puesto que con la aplicación del proyecto etnoambiental “Encuentro del Hombre con la Madre Tierra”,se alcanzaron los siguientes resultados a través de sus estrategias pedagógicas:
- Hoy en día este proyecto se ha convertido en una alternativa Etnoeducativa pues ha servido para identificar la ubicación de las tribus indígenas y las comunidades afrocolombianas que habitan el territorio nacional y reconocer la riqueza cultural y la biodiversidad que ofrecen los territorios del Pacífico biogeográfico y de la Amazonia, como importantes pulmones del mundo.
- Desde la aplicación de las estrategias de esta investigación se disminuyeron en un 95 % los residuos sólidos en los patios de la institución después del descanso.
- La institución y la fundación unieron esfuerzos para ubicar puntos ecológicos en la institución, publicar una agenda temática con los escritos realizados por los estudiantes y hacer utensilios a partir de objetos que son descartados cotidianamente.
- La mejora en las prácticas ambientales se hizo extensiva a los hogares de los estudiantes, vinculando a los padres en el proyecto e invitándolos a que acompañaran a sus hijos no solo en los foros, sino también en actividades extracurriculares como las salidas de campo.
5. Este proyecto es hoy una experiencia significativa que ha recibido ya varios premios en la ciudad. Uno, de la Revista Ingenio de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín; otro, del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en el cual obtuvo un segundo lugar; y el último, de la organización barcelonesa Smilemundo.
Mediante la investigación fue evidente que las malas prácticas ambientales afectaban a la comunidad puesto que a medida que estas prácticas se transformaban de manera positiva, fueron bajando los índices de contaminación en los parques y en la quebrada aledaña a la institución, asimismo, las zonas comunes en el descanso hoy quedan más limpias; es indudable, entonces, que emprender este viaje con los estudiantes ha sido un reencuentro con la madre naturaleza, con la ancestralidad, un modo de redescubrir e interpretar las raíces del pueblo colombiano.
Con la aplicación del proyecto, la comunidad educativa ha reconocido las acciones que en el planeta han desarrollado algunas comunidades y pueblos tribales para preservar las especies que en él habitan, para proteger los recursos naturales y manejar adecuadamente las basuras desde la fuente, destacando algunos pueblos nativos de Colombia como los Nukak Maku[8], los Emberá, los Taironas, los Wuayu y Sinués, entre otros.
Conclusiones
Podemos concluir, entonces, que la Educación Ambiental (EA) es un proceso formativo permanente que prepara a los ciudadanos para la comprensión de los principales problemas del medio ambiente, proporcionando una serie de conocimientos científicos y técnicos que permiten evidenciar la necesidad impostergable de proteger el entorno natural, haciendo énfasis en el desarrollo de acciones y actitudes que permiten proteger, mejorar y transformar de manera óptima nuestro ecosistema.
Como resultado a largo plazo de este tipo de proyectos, se plantea que las nuevas generaciones, al orientar sus planes de vida, mantengan un elevado interés por preservar los recursos naturales, proteger el medio ambiente de la contaminación, mantener el equilibrio dinámico de los procesos naturales, reconocer el papel de nuestros ancestros en cuanto legado cultural y contribuir al uso racional de los recursos.
El proyecto permitió que los participantes asumieran el Territorio como el lugar de asentamiento histórico y ancestral, de uso colectivo, que constituye el hábitat de los pueblos y comunidades; como el escenario donde se desarrollan sus prácticas tradicionales de producción y que alberga sus espacios sagrados y lúdicos.
[1] Comunidad educativa: conjunto de actores sociales que hacen parte de la cotidianidad de la institución y que se compone de directivas, estudiantes, padres de familia y docentes.
[2] Es un área de aproximadamente 175.000 km2, lo que corresponde al 2% de la superficie terrestre, albergando el 10% de las especies del planeta; comprende territorios de Ecuador, Colombia y Panamá, con una amplia diversidad biológica y cultural (Banco de Occidente, 2009).
[3] Entendidas en su conjunto como el desenvolvimiento que tienen los seres humanos configurados desde la estructura ética, ambiental, cultural, social y espiritual, entre otras.
[4] Corriente pedagógica que nace en Europa entre los siglos XVIII y XIX, desarrollada en Alemania a partir de dos factores; uno es la profundización y desarrollo de los conceptos de la educación social, además de una profunda sensibilidad social. El otro, el deseo de darle solución a través de la educación a las carencias sociales y conflictos generados por las guerras desplegadas en Europa, donde la Revolución Industrial fue la desencadenante de algunos casos de marginalidad, carencias y desamparo en la posguerra; esto coadyuva a posicionar la pedagogía social como respuesta a las necesidades sociales e individuales, orientándose, a su vez, a la búsqueda del desarrollo comunitario.
[5] La cultura entendida como una construcción social presente en la diversidad humana “es esa herencia social diferente de nuestra herencia orgánica, que nos permite vivir juntos dentro de una sociedad organizada, que nos ofrece posibilidad de soluciones a nuestros problemas; conocer y predecir las conductas sociales de los otros; y permite a otros saber qué pueden esperar de nosotros” (Guerrero Aria, 2002, p. 51).
[6] Clasificados por Guillermo Bonfil Batalla en las siguientes categorías: materiales, demográficos, de organización, de conocimiento, simbólicos, de comunicación y, por último, emotivos o subjetivos (1987, p. 108).
[7] Convivir es coordinar la propia autonomía con la libertad de los demás, lo que implica tener actitud positiva e interés por las diferencias y respeto por la diversidad, resolviendo las diferencias de manera constructiva, pasando de las situaciones de conflicto a las de reconciliación.
[8] Tribu indígena considerara la última tribu nómada en el mundo, ubicada en las selvas del Guaviare.